jueves, 27 de junio de 2013

No rompáis el sortilegio

Nuestros sentidos son muy crédulos.
Podemos ser engañados pensando que un maniquí es una persona real.
Cuando observamos a un ventrílocuo nos resulta difícil no ver al títere como una persona real.
Maldecimos a los coches cuando se rompen.
Pateamos a los objetos que nos hacen daño.
Empatizamos con los personajes de la televisión como si fueran tan reales como las personas con las que tenemos trato directo.
Incluso se han dado casos de personas que legan todos sus bienes a personajes televisivos.
En los cursos elearning podemos fácilmente atribuir características humanas, como actitud y personalidad, a partir de evidencias físicas tan escasas como la contracción de las cejas o el giro de la cabeza de una animación simple en la pantalla.
En general, tendemos a reaccionar ante los medios de comunicación social o antes los ordenadores tratándoles como si fueran personas, a pesar de que, a nivel consciente, sepamos que no es así.
Lo hacemos porque estamos programados de esa manera.
Simplemente, no podemos evitarlo.
Byron Reeves y Clifford Nass (1996) fueron los primeros que plantearon esta cuestión en lo que llamaron “ecuación de medios” (media equation).
Señalaron que los seres humanos respondemos de manera natural a las señales presentes en el entorno, especialmente a las cosas u objetos que parecen tener vida propia.
Tendemos a confundir los medios de comunicación con la vida real de forma automática e inevitable.
Y esto sucede mucho más a menudo de lo que pensamos.
Se trata por otro lado de una confusión de gran utilidad, pues es lo que hace que funcionen las películas, la televisión, la web o los cursos elearning.
Sin embargo, esto sólo es cierto siempre y cuando la tecnología de estos medios sea consistente con las normas sociales y físicas.
El hechizo se rompe fácilmente.
Diseñadores pedagógicos, si la tecnología que utilizáis no se ajusta a las expectativas humanas naturales, los usuarios mostrarán su disgusto por este comportamiento no natural.
Y no lo aceptarán.
Aseguraos de que los guiones y el diseño gráfico son apropiados.
Que la temporización de los personajes es adecuada.
Que no haya saltos de vídeo o variaciones en el volumen del audio.
Que el audio y el vídeo o los labios del personaje animado estén bien sincronizados.
Diseñad los cursos elearning como si fueran impartidos por gente real en forma humana.
Todo tiene que funcionar perfectamente o la ilusión de humanidad fracasará. 

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