
Una vez le preguntaron sobre su
secreto para aprender tantos idiomas y él respondió que, en realidad, no era una
hazaña tan extraordinaria, pues cuantos más idiomas sabes, más fácil te resulta
aprender el siguiente, ya que hay estructuras y palabras que son iguales o
parecidas.
Y tenía toda la razón. Las personas siempre aprendemos construyendo sobre
lo previamente aprendido y experimentado.
Por eso, la
capacidad de aprender varía de acuerdo a nuestro historial pasado.
Cuanto más sabemos,
más capaces somos de aprender nuevas cosas.
Las personas
aprendemos cuando encontramos la forma de relacionar el nuevo
aprendizaje con
los esquemas mentales previos que ya teníamos almacenados en nuestra memoria.
No podemos adquirir
nuevos conocimientos a menos que seamos capaces de asociarlos o integrarlos con
el conocimiento previo que ya teníamos.
Ese es el secreto
de todo nuevo aprendizaje: ser capaces de encontrar algo en nuestro cerebro a
lo que podamos agarrar y amarrar el nuevo conocimiento, y de esta forma darle
sentido.
Sólo entonces se
producirá el aprendizaje.
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