jueves, 30 de mayo de 2013

Sócrates tenía razón


Sócrates hacía preguntas con las cuales tenía que convenir su interlocutor.
Seguía ganando una afirmación tras otra, hasta que tenía una cantidad de "síes" a su favor.
Seguía preguntando, hasta que por fin, casi sin darse cuenta, su interlocutor se veía llegando a una conclusión que pocos minutos antes ni siquiera habría imaginado, o que incluso tal vez habría rechazado enérgicamente.
El método socrático, también conocido como mayéutica, consiste básicamente en interrogar a una persona para hacer que ella misma llegue a un determinado conocimiento a través de sus propias conclusiones. Constituye la esencia misma de la moderna técnica del coaching.
Sócrates lo utilizaba tanto si su objetivo era persuadir a un adversario, como si lo que pretendía era simplemente estimular a sus alumnos para que tomasen conciencia de un mayor número de alternativas de actuación posibles, o ilusionarlos para que adquiriesen nuevas habilidades para desarrollar todo su potencial.
En el coaching moderno, preguntar es sin duda una habilidad fundamental para obtener la información que se precisa, ya que permite que el coach conozca los puntos de vista de sus coachee, y favorece la comunicación clara y sincera.
Al mismo tiempo, el coach generalmente formulará una serie de preguntas muy específicas para direccionar el pensamiento de su interlocutor o coachee sin que éste sienta en ningún momento que está perdiendo el control de sus propias decisiones.
Y es que en general las personas no nos sentimos especialmente compelidas a hacer aquello que algún otro nos ha sugerido que hagamos de un modo demasiado evidente. Cuanto más evidentes son las intenciones persuasivas, menos eficaces resultan.
Si nos dicen exactamente lo que tenemos que hacer, nuestra tendencia es a rechazar esa opción que nos ha sido dictada.
A las personas nos gusta sentir que somos nosotros quienes tomamos nuestras decisiones libremente.


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