Durante las siguientes décadas se
especializó en la fabricación de grandes ordenadores, especialmente máquinas
que desempeñaban tareas informáticas y de contabilidad.
Esta estrategia le valió para
posicionarse como la mayor compañía del sector tecnológico del mundo durante
muchos años.
Fue tal el éxito de IBM, que a
mediados de los años 1960 llegó a ser investigada por una presunta situación de
monopolio.
Cuando en 1980 empezaron a surgir con
fuerza los ordenadores personales, IBM estaba algo rezagada.
Sin embargo, y aunque fue lenta a la
hora de adaptarse a los cambios que se producían en el mercado, consiguió
recuperar terreno gracias al lanzamiento del IBM PC.
Éste fue el computador personal de
más éxito de todos los tiempos, y le permitió recuperar de nuevo su posición de
primacía en el mercado informático.
Pero IBM sólo fue líder en el mercado
de los microcomputadores durante 3 años.
Otras compañías, como Compaq, Dell y
sobre todo los fabricantes asiáticos, consiguieron pronto superarle.
En enero de 1993, IBM anunció unas
pérdidas de cerca de 8.000 millones de dólares, lo que fue el récord de
pérdidas en una empresa en toda la historia de los Estados Unidos.
Las causas de estas pérdidas
continuaban siendo las mismas que años atrás habían provocado la pérdida del
liderazgo.
Cada vez había más empresas
competitivas que se hacían con una cuota de mercado, mientras IBM la iba
perdiendo.
IBM parecía ser en ese momento un
dinosaurio anclado en el pasado, mientras que compañías mucho más jóvenes como
Microsoft representaban la pujanza de los nuevos tiempos.
Cuando Lou Gerstner, el primer
ejecutivo de alto nivel en la historia de IBM que no provenía de sus propias
filas, tomó las riendas de la empresa en 1993, tomó una decisión crucial.
Decidió llevar a cabo un drástico
giro estratégico en la compañía, reduciendo su dependencia económica de la venta
de equipos, y transformándola en una empresa de servicios.
IBM se convirtió así en la empresa
líder mundial en servicios de consultoría y de externalización de tecnologías
de la información.
Gracias a esta estrategia, después de
15 años de verse superada en valor bursátil por Microsoft, IBM volvió en 2011 a
sobrepasar a esta compañía.
Si repasamos la historia de IBM,
observamos que esta compañía siguió una estrategia que durante muchos años le
permitió desarrollarse de forma extraordinariamente exitosa, alcanzando el
liderazgo en su segmento de mercado.
Pero a medida que los tiempos fueron
cambiando sin que la organización fuese capaz de adaptarse a dichos cambios, su
modelo comenzó a volverse insostenible.
La compañía tardó mucho tiempo en
reaccionar, porque su exitoso pasado e incluso su presente transitoriamente
brillante, le impidieron comprender que su modelo ya no era sostenible.
A menudo estas circunstancias pueden
llegar a cercenar cualquier intento de cambio profundo de un sistema que ya no
funciona, dando lugar sólo a medidas parciales que sirven únicamente para
alargar la agonía de la organización que lo sufre.
Las personas que dirigen estas
organizaciones con un pasado repleto de éxitos, pueden llegar a sufrir a veces
una especie de ceguera cognitiva, que les impulsa a observar el mundo desde una
sola perspectiva.
Aquella que encaja con sus esquemas
mentales y con las creencias que las sustentan.
El pasado lleno de experiencias que
avalan dichos esquemas, les induce a filtrar toda información que no encaje con
dicho modelo, rechazando o ignorando todo lo que se sale del mismo.
Las evidencias que contradicen sus
viejos esquemas son tomadas entonces como la mera excepción que prueba y
confirma la regla.
No están dispuestos a salir de la
zona segura pero limitada, conformada por sus viejos esquemas, porque eso
significaría abandonar su estado emocional de certeza, para entrar en uno nuevo de dudas e incertidumbres.
Pero lo cierto es que ningún modelo,
ninguna estrategia, ningún sistema, son eternos.
Aquellos que permanecen inamovibles
en sus ideas, cuando las circunstancias están cambiando, tarde o temprano están
condenados al fracaso.
Quedarse quietos cuando las
circunstancias nos indican que debemos movernos y de que ha llegado el momento
de cambiar el modelo mental, suele ser una de las principales razones del
fracaso.
Como dijo Arie de Geus, “La mejor
ventaja competitiva es la capacidad de aprender más rápidamente que nuestros
competidores”.
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