
¿Por qué esa manzana siempre desciende perpendicularmente
hasta el suelo?, se preguntó a sí mismo.
La caída de la manzana hizo que la noción de la gravedad
asaltase la mente del joven Newton.
A partir de este chispazo comenzó a desarrollar la Teoría
de la Gravedad, que acabaría convirtiéndolo en uno de los científicos más importantes de la Historia.
Pero la mente de Newton tenía que estar preparada para
este chispazo.
Va precedida, como sucedía en este caso, de un intenso
proceso de aprendizaje y de pensamiento en búsqueda de una solución.
En primer lugar debemos ser capaces de identificar el
problema y acumular toda la información acerca del mismo.
La cantidad y la calidad de la información recopilada,
condicionará nuestra capacidad creativa.
Importa no sólo la información que reunamos en este
momento sino el conocimiento y las experiencias almacenadas en nuestro cerebro
durante toda nuestra vida.
Pero no basta con haber memorizado una gran cantidad de
material.
Es necesario desarrollar la habilidad de poner el
repositorio de recuerdos a largo plazo al servicio de la memoria a corto plazo.
Esta habilidad creativa requiere, casi siempre, dejar
obrar al cerebro inconsciente.
Nuestra consciencia sólo abarca una zona muy pequeña de
nuestra capacidad cerebral total.
Nuestra memoria operativa, aquella que utilizamos cuando
intentamos hacer cálculos o razonamientos conscientes, sólo puede manejar un
número de elementos simultáneos muy pequeños, entre 5 y 10 como máximo.
La mayoría de los problemas son demasiado complejos para
poder ser abordados eficazmente mediante nuestra memoria operativa.
Los genios aprenden a utilizar sus cerebros a largo plazo
para incrementar de forma extraordinaria su capacidad de computación a corto
plazo.
Su genialidad es una mezcla de años de aprendizaje y miles
de horas de práctica.
De almacenamiento inteligente de una vasta cantidad de
información memorizada de forma que pueda ser recuperada rápidamente mediante
una secuencia lógica.
Y de una capacidad especial para utilizar las zonas
cerebrales de almacenamiento de recuerdos a largo plazo.
Por eso, incluso cuando su pensamiento no parece estar
trabajando en la solución del problema, de manera inconsciente su cerebro sigue
realizando conexiones y estableciendo relaciones relevantes.
De este modo pueden recuperar los diferentes componentes
de un problema reconociendo los patrones existentes en su propio cerebro.
Reorganizan los datos e informaciones originales, creando
nuevas asociaciones que llevan a un nuevo conocimiento consciente que hasta
entonces no había sido evidente.
Entonces, de forma súbita, pueden tomar conciencia de la
idea que mejor puede adecuarse a la solución del problema.
La claridad de la idea puede sorprenderles en cualquier
circunstancia, incluso mientras están sentados descansando bajo un árbol.
Y entonces, de repente, todo lo que antes era muy difícil se vuelve
muy sencillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario