Y como decía Charles Bukowsky, “El aburrimiento puede
producir dolor”.
Cuando
los alumnos se aburren, tienden a reaccionar mostrando actitudes de rechazo
pasivo.
De
fastidio y desgana.
De
ausencia e inhibición.
Incluso
de sueño y cansancio.
En
esas circunstancias, el tiempo parece alargárseles hasta casi detenerse.